jueves, 31 de julio de 2014

A veces...Gaza


A veces es mejor no pensar. Dejarse llevar por el devenir de los acontecimientos diarios sin pararse a reflexionar hacia dónde nos están llevando.

"Todo llega, y lo más importante nunca se remedia", nos decimos.

A veces "es mejor hacerse el muerto en el mar que nadar contra corriente", y así, mirando al cielo, con la brisa dándonos en la cara, esperamos el momento adecuado para zambullirnos hasta al fondo y agarrar con fuerza aquello que nos haga salir a flote, nos autoconvencemos.

A veces sufrimos por nosotros mismos y otras por los demás. Por aquellos que nos rodean y se empeñan en sufrir. Por aquellos que no podemos ayudar o no se dejan. 

A veces nos sentimos presos de nosotros mismos, de nuestras circunstancias y decisiones, y otras veces nos vemos atrapados en situaciones que nos tocan, nos ahogan, nos matan incluso el alma, pero a las que debemos ser ajenos, nos replicamos una vez más.

A veces nos despertamos y nos damos cuenta que debemos quedarnos ahí, en ese segundo plano egoísta que nos ayuda a olvidarnos del mundo que nos rodea y a seguir así, sin pensar, sin sufrir, sin padecer.



A veces nos gustaría gritar y sólo alcanzamos a gesticular el sonido, pero la mayoría de las veces no queremos saber nada. Ni hoy ni mañana y quizás tampoco queramos saberlo nunca. Nos sentimos atados de pies y manos, nos volvemos a repetir, y no queremos sentirnos culpables de nuestra inactividad. Cerramos los ojos y, aunque la brisa del Levante nos está azotando la cara queriendo despertarnos, seguimos ahí, en el mar, haciéndonos los muertos.


¿Nos despertarnos? ¿O continuamos mirando muertos?
#PAZ #Gaza

sábado, 5 de abril de 2014

Adiós

Me gusta escribir de lo que he vivido, de lo que he rumiado y de lo que queda después en mi estómago. A veces son sólo las vísceras y la hiel, y otras la esperanza y el sosiego.

La música inunda mi corazón hoy y le da alas a mis manos para verter lo tragado casi sin masticar. Suena una melodía cualquiera al piano, bendito instrumento...fiel amigo que me ayuda a centrar mis pensamientos, a digerir mis sentimientos y a escribir de aquello que creo haber rumiado...

Hoy hace un día espléndido, es un día primaveral exquisito, de esos que apetece pasar en la calle con la rebequita cerca por si refresca; pero estoy en casa, con las ventanas abiertas, dejando sonar la música y mirando al horizonte que me da mi piso en una primera planta.
Bajo algo el estor de la habitación que me sirve hoy de urna, necesito intimidad, y me dejo llevar por unos violines que me envuelven y me transportan a unos recuerdos tiernos, aún frescos.

Bendita terapia...

He perdido tanto sin apenas dejarlo sentir...
He querido tanto sin apenas decirlo...

Que ahora, que parece que todo está rumiado, estas líneas me parecen cortas, insuficientes y torpes para expresar lo sentido y callado, lo amado y perdido.

Seguiré buscando el lado positivo de las cosas y mantendré la esperanza que nos da la vida, la que seguiré viviendo intensamente, pero hoy sólo quiero recordar, sentir y ....

Cuesta tanto decir adiós.

Adiós, abuelo.
Adiós, mi cielo.
Adiós.