martes, 22 de junio de 2010

Voy de boda

(Pincha el vídeo de youtube y después comienza a leer)

En lo que va de año he ido a cuatro bodas, sí a cuatro. Estamos en crisis y la gente parece que no lo nota, y se casa, se casa y se vuelve a casar. Sólo me libré de vestirme de domingo como cuando los ricos iban a misa a mostrar su poderío en enero, por aquello de la cuesta, y en febrero, porque creo que sólo tenía 28 días. El resto, todos los meses una boda. He de decir que a mi me gusta una boda más que al tonto un lápiz y que voy encantada, sobre todo, si es de un familiar.

No hay nada más divertido que juntar a cuñados, suegros y consuegros en una misma habitación. Casi siempre se arma la de dios, como en las cenas de Navidad. Pero a veces no hace falta que sea la familia quien la lía, otras es un amigo pasado de copas que recuerda los ligues del novio o la novia micrófono en mano, eso lo he vivido yo. La novi@ corre desconsolad@ al baño, mientras que el resto de amig@s solter@s y ex novi@s del susodich@ ven una oportunidad para cazar de nuevo al macho/hembra en cuestión. Al final vence el amor, o la cuenta del restaurante, del piso o del viaje que aún hay que pagar. Pero esto es una historia que otro días les contaré: Cómo el dinero vence hoy día al amor.


El caso es que al final alguien siempre da la nota. Lo normal es que la den los novios, ya sea porque la novia se ha puesto el vestido más feo del escaparate o porque el novio le ha dado por hacer un
striptease. Normalmente el novio hace el ridículo y termina ofendiendo a alguien. Pero son estas cosas las que más nos gustan de las bodas y en las que nos fijamos todos, o ¿no?

¿Qué hacemos cuando llega una novia al altar?, mirarla de arriba abajo, ponerle nota y compararla con nosotras y con el resto de bodas cercanas que hemos tenido; después situarla en un ranking. Posteriormente, criticarla hasta morir. Esto lo hacemos ya en la intimidad del hogar, con el marido, la madre o la mejor amiga, porque el día de la boda lo único que se escucha siempre es: "Guapísima, estás estupenda".

¡Mentirosa!, si el día que fue al campo en chándal iba mejor y lo sabes, si la peluquera le ha puesto un tupé que no la hace más alta sino más ochentera, si el vestido no le disimula los kilos sólo los sujeta y si el maquillaje parece hecho por Joker, ¿para qué le dices que está guapísima, para que lo repita el día de su aniversario?, no mujer, no. Yo cuando algo no me gusta prefiero callarme, sé que en estos casos quedo como la sosa del grupo, pero es que no me sale mentir tan descaradamente. (Esto lo personalizo en las mujeres porque hay que reconocer, feminismos a parte, que sólo lo hacemos nosotras, o no?)

Esto es como cuando dicen que todos los bebés son guapos; no, todos nos son guapos, es mentira también. Los hay monos, pero, la mayoría, el día que nace son feos, a los que podemos querer muchísimo sin son sobrinos e hijos de amigos, pero no son guapos, jolín! Pues nada. "Ayyyyy, que guapísimo es, ha salido a su padre", y el padre sentado en el sillón con 30 kilos de más, con ojeras, y barba de cuatro días. En este caso yo digo que son graciosos.

La gente celebra una boda por muchas razones, algunos para pagarse el viaje de novios, otros para demostrar lo mucho que se quieren y el resto por el que dirán. Que dirá tu abuela, que dirá tu padre, que dirá tu suegra o que dirá la vecina si no te casas. Y luego la muletilla de "y por lo civil te vas a casar, con lo soso y frío que es eso, ¡será más bonita una Iglesia!"... Y yo me pongo a pensar... y me pregunto ¿desde cuándo un recinto con un muerto y con una mujer llorando lágrimas de sangre es bonito?, quita, quita, qué yuyu. ¿Es un día de fiesta, de alegría, de amor y tienes que prometer amor eterno ante un crucificado? No entiendo dónde está lo bonito, pero bueno, supongo que los que dicen eso quieren decir en realidad otra cosa, con la que tampoco comulgo, pero eso es otra historia.

En unas horas hago tres años de casada. Teniendo en cuenta todo lo anterior, ya se imaginarán que me casé por lo civil y que pocas criticonas me pudieron poner por debajo del segundo puesto del famoso ranking, poniéndose ellas en el primero, claro. Déjenme esta licencia, que ya me criticarán ustedes en su casa. Me casé por amor, por demostrar lo que quería a una persona y por decir abiertamente que me unía a ella frente a todo y por el resto de mis días. Son tres años y se me han pasado volados, la verdad, supongo que es señal de que la cosa va bien.



Lo que más recuerdo de una boda, de la mía también, es el baile de los novios. Algunos ensayan y deleitan al personal con un tango, un vals, unas sevillanas, pero la mayoría prefiere una melodía lenta, una canción que les diga algo y que resuma con siete notas magistralmente colocadas en el pentagrama su historia de amor. Nosotros elegimos 'I don't wanna miss a thing' de Aerosmith, una canción que a pesar de estar en inglés y no entender ni papa me puso la piel de gallina el primer día que la escuché, después leí la letra en español y recordé que la música es el único lenguaje que no hace falta traducir para saber realmente que trasmite. Letra y música encajaban perfectamente para cantar lo que ambos sentíamos y ponerle así banda sonora a nuestra vida juntos. Y así lo hicimos. Eso sí, los casi cinco minutos que dura se nos hicieron eternos en la pista de baile. Todo el mundo mirándonos, qué corte, algunos lloraban y otros criticaban seguro, pero nadie se animó a salir a la pista para acompañarlos, y eso que a los tres minutos lo pedíamos encarecidamente; pues nada, que nos tuvimos que dedicar a bersarnos y rebesarnos.

Después de tres años, como les digo, aún me emociona ver a unos novios bailando, me hace recordar mi baile, ese momento único que vives después de meses de tensión y preparativos, y que da muestras sin lugar a dudas de cómo van a vivir los recién casados su matrimonio. Nosotros, aún seguimos besándonos.


Te quiero, amor. Y aún mantengo mis votos, esos en los que te dije que "las palabras se quedan cortas para expresar cuánto te quiero y para agradecerte todo lo que cada día haces por mí. Hemos vivido tantas cosas juntos y tantas que quedan por llegar, que se me nubla el sentido imaginando lo feliz que voy a ser contigo el resto de mis días, por eso hoy sólo quiero gritarle al mundo lo maravilloso que es despertar a tu lado cada mañana y encontrar en tu sonrisa mi vida.

Me enamoré de ti por tu noble corazón, por tu sentido de ver la vida, porque eres cariñoso, un fiel compañero, mi mejor amigo, mi amante, y porque sin duda supe siempre que tú eras el padre de mis hijos.

Me enamoré de ti porque no podía ser de otra manera, porque no entiendo la vida, mi vida sin ti. Te necesito porque te quiero y te querré cada segundo, cada minuto, cada hora de cada día, de cada mes y de cada año que viva. Te quiero, y hoy me entrego a ti para ser tu compañera, tu amiga, tu amante, tu esposa y la madre de tus hijos".

Sólo espero que tú mantengas aún los tuyos, los cuales se me grabaron a fuego aquel 23 de junio de 2007. En ellos me dijiste que "expresar un sentimiento con palabras es como tratar de esconder un tonel tras una escoba, la mayor parte se queda fuera. Para mi amarte es como un torbellino que me recorre de pies a cabeza, me hace un nudo en el estómago y termina torciendo mi cara para darte una sonrisa, es un loco que me empuja a hacer cualquier cosa por ti, es un enorme pájaro que me presta sus alas cuando estás a mi lado, y sobre todo es paz. No se como pagaré mi deuda con la suerte que te trajo a mi lado, quizás sólo pueda estar agradecido eternamente. Te quiero, y hoy me entrego a ti para ser tu compañero, tu amigo, tu amante, tu marido y el padre de tus hijos". Gracias, amor.

Feliz aniversario!!







2 comentarios:

  1. Jodía, se me han saltado las lágrimas igual que el día que los compartisteis con nosotros...

    Os quiero un taco a los dos!!!

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  2. ¿En serio dijo lo del tonel detrás de la escoba? Se me debió pasar con la emoción del momento, pero ¡es buenísimo!

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